El albergue de perros

Un periodista de un reconocido diario entrevistaba a Lillian, una señora de unos cincuenta años, de cabello cano de rulos, de baja estatura, con anteojos oscuros, vestía un pantalón de jean, un mandil beige y unas botas de goma negras, tenía a su cargo un albergue para perros y gatos abandonados llamado Santuario Felicidad, ubicado al sur de la ciudad de Lima. El periodista le hacía varias preguntas,

   -Periodista: ¿señora Lillian, como mantiene este albergue?

   -Lillian: me siento bendecida de criar a estos animalitos,

   -Periodista: ¿han sido recogidos de la calle?

   -Lillian:   no tenían hogar. aquí los alimentamos, los bañamos y están fuera del peligro.

   -Periodista: pero son bastantes animales, ¿Quién la ayuda?

   -Lillian:  antes algunas empresas nos apoyaban, ahora necesitamos ayuda.

   -Periodista: ¿Qué tipo de ayuda?

   -Lillian: faltan alimentos, vacunas, y productos de limpieza.

El periodista luego se dirigió a Piero, un joven voluntario de 25 años, alto, de ojos celestes como el cielo, pelo marrón con rulos, y mirada sincera y risa alegre.

   -Periodista: ¿Cómo te llamas?

   -Piero: mi nombre es Piero

   -Periodista: hola, Piero, ¿podrías dar un mensaje a la juventud?,

   -Piero: debemos ser solidarios con los animales

   -Periodista: ¿Cuál ha sido tu apoyo?

   -Piero: no quiero que este albergue cierre, he hecho colectas para poder mantener por mucho más tiempo.

He posteado en Facebook e Instagram la necesidad de estas personas y la gente ha reaccionado bien.

   -Periodista: ¿ quién te ha seguido?

   -Piero: estoy mi madre Kris y mi hermano menor Alex. La fotógrafa y mis  amigos,los amantes de los animales. Nos hemos reunido en mi casa y hemos venido todos juntos, en diferentes autos.

El albergue quedaba en el campo, tenian un terreno muy grande, un portón de madera alto, y se guardaban los autos adentro.

Todos ayudaron a bajar las bolsas de comida, de limpieza, había tanta comida que se formó una montaña.

Piero le dijo a la sra Lillian que tuviera ciudado por si aparecían ratoncitos a comerse la comida pero Lillian le dijo que no habría problema porque los gatos se encargarían de ellos.

Había una casita de madera, de color blanco, era el lugar donde vivían los gatos, se asomaban por la ventana, unos grandes ojos verdes estaban atentos a los movimientos, algunos distraídos jugaban en el techo con una bola de lana, se veia en el suelo sus platos de comida, uno al lado del otro, con sus nombres “Vampi”, “Chelin”, “Tigresa”,  “Cali”, “Shiva” “Krishna” entre otros.

Por un largo pasaje, se llegaba a la zona de los perros.

Algunos un poco peligrosos estaban encerrados en jaulas.

 

La familia Fortuna, amigos de la mama de Piero, llegaron unos minutos después porque se habían perdido en el camino.

Tenían tres hijos, la mayor Blanca de 16años, y los mellizos Joaco y Gaby de 9 años, estaban muy emocionados de ver los animales porque no tenían mascotas y por qué querían ir a ayudar.

Vieron la casita de gatos, y caminaron por el pasadizo hasta el jardín , habian tantos perros que se sorprendieron, quizás habían cincuenta o mas, era difícil contarlos, muchas razas diferentes, pequeños, grandes, pelados, peludos, uno tenía solo tres patas, y otro que tenia la cara con media mandíbula, su mirada era triste. Joaco le dijo a su mama.

   -se me acercan y me huelen.

   - a mí se me trepaban- dijo Gabry

   -Papa Franz: no tengan miedo

   -Mama Mari: quieren jugar

   -Blanca: felizmente perro que ladra no muerde.

   -papa: están alborotados de ver tanta gente

   -Blanca: deben de estar acostumbrados a están solos.

Piero les indico que lo primero que había que hacer era bañarlos.

   -Piero: alla al fondo está la “estación de baño”, tenemos una sola manguera, así que lo haremos de a poco.

Kris la mama de Piero, les echaba el agua y el shampoo

   -Joaco le frotába el cuerpo., cuanta espuma sale!

   -Gaby: hay algunos perros no les gustaba el agua, se parecen a ti Joaco y todos se rieron.

   -Blanca: ¡los perros se mueven moviendo, oh no se escapaban!

Piero le dijo a su hermano Alex:

   -Piero: “vamos, traigámoslos de regreso”, tú por la izquierda y yo por la derecha



Pero cuando parecía que ya los tenían, ellos eran muy buenos para escabullirse.

   -Alex: “son muy rápidos”, quizás si tuviéramos una correa…

   -Blanca: mira allí debajo del techito de la banca hay una colgada.

   -Piero: no se les puede agarrar, están resbalosos por el jabón.

Y los cargó uno por uno.

Mientras tanto, en la estación de lavado, el agua de la manguera continuaba saliendo y se empozaba, se formó barro,

Una vez que los perritos ya estaban listos, bien limpios y enjuagados, los soltaban, y ellos caminaban un poco, se detenían y se sacudían, el agua salía disparada hacia todos lados, Piero, Alex, Blanca, Joaco y Gaby recibieron un baño gratis ,se miraron y les dio por de reír!

Lora, era una perra joven de color caramelo de tamaño mediano, inquieta, gruñona, molestaba a los otros perros, en especial a Olguita, que era del mismo tamaño de Lora, pero esta era tierna, y juguetona; Kris le pidió a la cuidadora, que encerraran a Lora, pero no lo hizo, 

Ya se estaba haciendo de noche, la fotógrafa dijo para tomar una última foto, con todos los participantes.

 

los voluntarios se juntaron, los niños se pusieron adelante. Y la fotógrafa les pidió,

le regálasen su mejor sonrisa.

Todos contentos, los perros parecían que querían salir en la foto, porque se acercaron también y una voluntaria acarició a Olguita, en ese momento la perra Lora, se puso celosa y le saltó encima a Olguita, empezaron a pelear; más perros, se sumaron.



La gente empezó a retroceder, Joaco dijo:

-estoy asustado

- ¿nos van a morder? Dijo Gaby

La mama empezó a llevarlos hacia la salida, el  papa prendió el auto , y se fueron.

Kris: intentó separarlos con lo único que tenia a su mano, su cartera.

La encargada de los perros al escuchar el barrullo de los ladridos, tomo un palo y les pegaba, Piero tomó la manguera y les dio un chorro de agua fría en el hocico, los perros se quedaron aturdidos, y en ese momento,metió a Olguita dentro de una olla y la llevaron al veterinario.

La perra Lora le había mordido el abdomen y en la oreja, la sangre le chorreaba.

Cuando llegaron, el  veterinario limpió las heridas, le cosió la oreja y le puso calmantes para el dolor.

Cuando salieron el doctor, les dijo: “va a estar bien, solo debe descansar, porque esta débil.

   -Piero preguntó a su mama si podrían adoptarla.

Su mamá le dijo que le harían un sitio al lado de Kina, (la otra perra que tenian), no creo que se ponga celosa, solo que no se metan con su comida, y se pusieron a reír.



Compraron una cama para Olguita, un juguete en forma de hueso y una manta para abrigarla por las noches.

   -Kris dijo: vamos Piero, me alegro que tengas un gran corazón, te admiro por eso.

Fin.

 

 

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